La tasa de inflación interanual de la zona euro se mantuvo sin cambios el pasado mes de julio en un 2%, alineándose por segundo mes consecutivo con el objetivo de estabilidad a medio plazo del Banco Central Europeo (BCE), según la estimación avanzada por Eurostat. Los analistas anticipan que la fortaleza del euro y el acuerdo comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea mantendrán a raya los precios.
MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
Según los datos de Eurostat para la eurozona, en julio, el precio de la energía registró una caída interanual del 2,5%, tras una disminución del 2,6% observada el mes anterior, mientras que el coste de los alimentos frescos aumentó un 5,4% anual, acelerándose respecto del alza del 4,6% en junio.
Por su parte, los bienes industriales no energéticos se encarecieron un 0,8% interanual, tres décimas más que el mes anterior, pero el coste de los servicios frenó su incremento al 3,1% desde el 3,3% del mes anterior. Al excluir el impacto de la energía, la tasa de inflación interanual de la zona euro en julio se mantuvo en el 2,5%. En cuanto a la tasa de inflación subyacente, que no incluye los precios de la energía ni los de los alimentos frescos, el alcohol y el tabaco, esta referencia se mantuvo en julio en un nivel del 2,3%.
Entre los países del euro, las tasas interanuales de inflación más altas en julio se observaron en Estonia (5,6%), Croacia y Eslovaquia (ambos 4,5%), mientras que las menores subidas de precios se reportaron en Chipre (0,1%), Francia (0,9%) e Italia (1,7%). De este modo, de los veinte países de la zona euro, 14 registraron tasas interanuales de inflación en julio superiores al 2% y otros cuatro países inferiores a este umbral, mientras que en Finlandia los precios subieron un 2%, en línea con el dato de la eurozona.
En el caso de España, la subida de los precios en julio se aceleró al 2,7% interanual desde el 2,3% de junio, ampliando el diferencial de precios desfavorable respecto al promedio de la zona euro a siete décimas, frente a las tres décimas del mes pasado.
SABOREAR EL MOMENTO
Con la tasa de inflación interanual por segundo mes consecutivo en el objetivo del 2%, «el BCE debería saborear el momento», afirma Bert Colijn, economista jefe de ING Research, quien recuerda las palabras de la presidenta de la entidad, Christine Lagarde, en la última rueda de prensa, donde aseguró que la entidad «está en buena posición» para esperar y ver cómo se desarrollan los acontecimientos.
Según Colijn, aunque los riesgos para las perspectivas de inflación siguen siendo elevados, el acuerdo comercial entre Estados Unidos y la UE, si se mantiene, «elimina algunos riesgos para ambas partes», ya que la ausencia de represalias europeas hace improbable que los precios de las importaciones estadounidenses se disparen, mientras que la ausencia de una escalada implica que la economía de la eurozona no se verá más afectada de lo previsto.
«Esto mantiene bastante probable un escenario de inflación para los próximos meses en torno al objetivo del 2%», señala el experto. Por otro lado, desde Oxford Economics, Nicola Nobile indica que, si bien la dependencia de los datos por parte del BCE «ha reducido la probabilidad de un nuevo recorte de tipos en septiembre», una bajada del precio del dinero en la reunión a la vuelta del verano sigue siendo el escenario base.
Nobile sostiene que los detalles del informe de inflación apuntan a una desinflación continua y no alteran significativamente las perspectivas, por lo que considera que, de cara al futuro, la tasa de inflación no alcanzará el objetivo del 2% del BCE a finales de este año ni durante todo 2026, presionada por la debilidad de la demanda y la fortaleza del euro.
El experto prevé que la inflación general de la eurozona promedie alrededor del 1,7% para el resto del año, mientras que la inflación subyacente se situará ligeramente por encima del 2%.
Por su parte, Madison Faller, estratega de Inversión Global de J.P. Morgan Private Bank, sostiene que «el BCE ha aterrizado el avión de la desinflación y está rodando hacia la puerta de embarque», ya que los datos de julio confirman que la tasa general de la zona euro vuelve a estar sólidamente en línea con su objetivo del 2%.
Asimismo, la experta anticipa que las perspectivas de nuevos avances son prometedoras, ya que los salarios negociados se han estabilizado, la apreciación del euro está reduciendo los costes de importación y el exceso de capacidad de exportación de China puede hacer bajar los precios de los bienes comercializados.
«Actualmente, parece más probable que los aranceles estadounidenses afecten a los consumidores estadounidenses que a la inflación europea», concluye Faller, quien afirma que un nuevo recorte de tipos parece estar aún sobre la mesa, «lo que es discutible es el momento, no la dirección».
